miércoles, 21 de septiembre de 2011

El mejor Gobierno para el AltoAragón.

A estas alturas parece complicado llamar la atención de los ciudadanos para tratar de explicarles el grado de cumplimiento del programa electoral del Partido Socialista en estos últimos cuatro años. Aunque ese, junto a las propuestas presentadas en el programa para el 20-N, debería ser el termómetro, la vara de medir, que nos permitiera evaluar el grado de cumplimiento de la palabra y compromisos de unos y otros.
Valorar ese grado de compromiso debería ser obligado para, entre otras cosas, poder predecir la verosimilitud de las propuestas para los próximos cuatro años que efectuamos en estos días. En anteriores textos hemos intentado explicar algunas de las causas y consecuencias de la complicada situación económica que atraviesa todo occidente. Como solía decir el Presidente Iglesias, Zapatero no era ni ha sido tan importante como para él sólo - siquiera acompañado del resto del Partido Socialista - hacer caer a las economías occidentales en la peor recesión que el mundo ha conocido desde 1.929. 
Habría, en consecuencia, que evaluar la gestión del gobierno en estos años según las decisiones políticas que ha tomado dentro de su ámbito de actuación, según las elecciones de inversión y las actuaciones decididas entre las diversas opciones que se plantean en cualquier acción de gobierno. Y la decisiones de inversión pública del Gobierno de la nación en estos últimos 8 años en el Altoraragón son una elección política cuyos importes, en lugar de acabar recalando aquí, lo podrían haber hecho en otro lugar.
Un nivel de inversiones en el Altoaragón como el experimentado en estos años es un hecho excepcional en la historia de nuestra Comunidad. Parece obvio que arrancar este tipo de decisiones en Madrid por parte de una provincia como la nuestra no es fruto ni resultado de haber utilizado las mismas reglas con las que negocian otros territorios más poblados y, por lo mismo, con mayor capacidad de presión en atención a los votos que representan. Parece razonable, en consecuencia, apuntar que el hecho diferencial es otro, y más cerca estaría de la capacidad de influencia que sobre el gobierno ha tenido un alto cargo del mismo durante estos años que de los motivos al uso en cualquier negociación política. 
El hecho diferencial es el trabajo del Secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán. 
Los ciudadanos que nos hemos visto beneficiados con la construcción de la autovía y con la riqueza y progreso que va a traer en estos años- compromiso casi personal de Morlán y que ha cumplido a pesar de las terribles dificultades de estos último años - veremos cómo, gracias a esta actuación, a lo largo de su eje van apareciendo en los próximos años polígonos industriales, superficies comerciales, nuevos asentamientos, puestos de trabajo,... 
Son tiempos difíciles para explicar esto, pero hay que hacerlo. Los ciudadanos están más en los 5 millones de parados, en casi la mitad de la gente joven desempleada y pensando, incluso, en emigrar en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades, ...; pero eso no puede ser óbice para reconocer que Víctor Morlán y el Partido Socialista han cumplido sus compromisos con la provincia de Huesca. Y detrás de eso hay mucho trabajo y esfuerzo del Secretario de Estado de Infraestructuras.
Ese trabajo hay que valorarlo y agradecérselo a quien se ha dedicado a servir a su tierra desde el puesto de responsabilidad que ha tenido en estos años. 

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