martes, 11 de febrero de 2014

PRIMARIAS VIRTUALES EN ARAGÓN

(Artículo publicado en el día de hoy por el Heraldo de Aragón)    


 El PSOE ha decidido celebrar elecciones primarias abiertas a los ciudadanos. Parece obvio que la presión de los votantes y afiliados en favor de una mayor transparencia en el funcionamiento interno de los partidos políticos, fundamentalmente en la izquierda, es la causa principal de esta decisión. La incógnita, en consecuencia, no reside tanto en la causa como en las consecuencias y resultado final del proceso.

En este punto pueden ocurrir dos cosas: que el aparato del partido centre sus esfuerzos en evitar un resultado que ponga en riesgo la actual jerarquía de poder interno o, por el contrario, que lo vea como una oportunidad inmejorable para modernizar y reformar en profundidad el sistema político construido en la Transición. Efectivamente, con Jonás Fernández, el actual modelo organizativo de los partidos políticos es el principal responsable de las disfuncionalidades de nuestra democracia. Y las primarias son una ocasión única para corregirlas. Tan sólo se requiere que los encargados de ordenar el proceso permitan una sana y limpia competencia entre los candidatos.

Lamentablemente, este punto de vista no es compartido por la actual dirección del PSOE en Aragón. Así es, las noticias aparecidas en las últimas fechas en relación al acuerdo alcanzado entre los dirigentes de las tres provincias en orden a celebrar primarias para la elección del candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón en el mes de marzo, es decir, dentro de unas pocas semanas, se vieron confirmadas la semana pasada por la propia Ejecutiva Regional del PSOE. Y, por si no fuera suficiente, no serán abiertas a todos los ciudadanos. Se harán, en definitiva, deprisa y corriendo, y sin abrir la elección a nuestros propios votantes. Justo en la dirección contraria a lo que parece ser el sentir general de la ciudadanía.

Obviamente, la decisión no sólo desprecia el contraste y debate entre los proyectos de partido y de país de cada posible aspirante. Sino que lo pretendido es, directamente, evitar que puedan existir otros candidatos que opten a disputarle a Javier Lambán la candidatura, lo que denota una evidente inseguridad en sus propias posibilidades como eventual vencedor en una elección abierta y competitiva. Lo que, a su vez, nos lleva a otra derivada todavía más preocupante: el candidato socialista que se enfrentará a Luisa Fernanda Rudi no confía en ganar una elecciones primarias en su propio partido.

Comparto las declaraciones realizadas por Felipe González en julio del año pasado con ocasión del fallido proceso de primarias en Andalucía, claro ejemplo de lo que ocurre cuando la dirección de un partido dedica su trabajo a cercenar toda posibilidad de competición entre los posibles aspirantes, y que ahora se repite en Aragón. El Presidente González apostaba por celebrarlas no en julio, sino “en septiembre, con tiempo y con más medios”, porque así “la participación y el contraste hubiera sido más impecable”. Como también comparto la opinión de Jonás Fernández cuando afirma que el problema no son las personas, sino las instituciones; o dicho de otra forma, la regeneración no la va a traer un simple cambio de caras, sino el cambio en la forma de elegirlas.

Tristemente, la actual dirección socialista en Aragón ha vuelto a desperdiciar la oportunidad que suponían las primarias para congraciarse con unos ciudadanos que en los últimos años no se han cansado de pedir más democracia y más transparencia en el funcionamiento interno de los partidos políticos. En su lugar, han preferido seguir  enredados y perdidos entre los intereses personales de quienes ya hace mucho tiempo hicieron del partido y de la política su exclusivo medio de vida, alejando y expulsando de ella a todos aquellos que se acercan a colaborar en la búsqueda de soluciones que logren mejorar la vida de la gente.
Pero tener el poder no significa tener razón. Y no existe razón alguna para celebrar las primarias de forma tan precipitada. Ni podemos considerar siquiera como razones las alegadas por la dirección regional del PSOE, pues ninguna de ellas justifica un calendario excepcional y al margen del proceso general que van a seguir el resto de federaciones socialistas en España, que las celebran en septiembre.

En definitiva, si después de todo lo que ha vivido el país en estos últimos seis años de inmisericorde recesión, los ciudadanos todavía quieren seguir confiando en nosotros, lo menos que podíamos haber hecho es actuar con la honestidad necesaria para no volver a defraudarles. Lamentablemente, no ha sido así.