miércoles, 23 de noviembre de 2011

UN TIEMPO NUEVO

             Las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo, junto al resultado de las elecciones generales del 20 de noviembre, supusieron el broche final al proyecto de más éxito que el Partido Socialista ha construido para Aragón desde su fundación.

                El proyecto encabezado por Marcelino Iglesias logró el apoyo mayoritario de la ciudadanía durante más de una década. Años en los que la comunidad dio un salto hacia adelante sin parangón, colocándonos en el grupo de cabeza de la práctica totalidad de los indicadores de prosperidad, desarrollo y cohesión social del país.

                Este proyecto, que convierte a Marcelino Iglesias en un referente y activo histórico del máximo nivel para todo proyecto socialista futuro, tuvo su fin en mayo de 2.011, certificado por los resultados del 20-N en nuestra comunidad.

Pero es a nuestros votantes, y a los que quieren serlo, a los que les debemos todo. Y es a ellos a los que nos debemos en estas horas.

                Tenemos una responsabilidad para con el partido, con su militancia y con sus votantes, los manifiestos y los posibles. Tenemos una responsabilidad que ejercer en este momento de tribulación y aparente desamparo. Este es el papel que las circunstancias nos exigen asumir.

Un nuevo proyecto.

                El anterior proyecto socialista para Aragón se ejecutó desde el gobierno a lo largo de 12 años, los mejores de nuestra historia reciente, sin ninguna duda. Las elecciones de mayo nos dejaron 14 puntos porcentuales por debajo del anterior registro, el de 2.007. Las elecciones del 20-N han repetido la historia. Esto significa que, tras un largo periodo de gobierno, al que se pone fin con una bajada de 14 puntos en apoyo ciudadano, hay que certificar el agotamiento de ese proyecto y pasar a construir cuanto antes – pues en otro caso nuestro paso por la oposición será más largo – el nuevo proyecto para el futuro de Aragón.

                La reformulación del proyecto socialista para la próxima década debe sustentarse sobre nuestros propios valores, es una obviedad. Son los mejores, creemos en ellos, y estamos convencidos de que son los más apropiados y mejores para lograr una convivencia más justa y libre.

                La mejor forma de convencer a los demás de que la igualdad de oportunidades, la Justicia social, la educación y sanidad universal y gratuita para todo ser humano, la atención a los dependientes, el crecimiento equilibrado pero mucho más sólido de nuestra economía a través de la apuesta por el conocimiento y la economía productiva, … son los mejores valores para nuestra convivencia, pasa por predicar con el ejemplo.

                La gente debe ver, es obligado, que lo que decimos nos lo creemos  y lo hacemos.

Parece obvio que la reformulación del proyecto pasa por tejer acercamientos hacia otras fuerzas del espectro político de la comunidad. El Partido Socialista debe hacer uso con inteligencia, honestidad y honradez intelectual de su posición central en el sistema de partidos de la comunidad autónoma. Y eso pasa, en estos momentos, por tomar distancia del PAR, actual socio, y más que eso a tenor de los acontecimientos, del PP de Mariano Rajoy y Luisa Fernanda Rudi.

                El futuro proyecto socialista para Aragón debe dar continuidad a las líneas básicas del anterior en cuanto a su contenido: liderazgo de Aragón en la España interior; apuesta por la logística haciendo valer nuestra situación geoestratégica y nuestra renta de situación; especial atención a la educación como base a partir de la cual orientar el nuevo modelo de producción económica, más intensivo en conocimiento y menos en mano de obra sin cualificar; política industrial decidida con vocación exportadora y de alto valor añadido en forma de patentes y marcas fruto de una política empresarial con vocación de mejora e investigadora; un sector servicios orientado, entre otras cosas, al sector turístico que cree riqueza y oportunidades en el territorio; especial cuidado en el fortalecimiento de nuestra red de protección para los más desfavorecidos y los más débiles, dotando de los recursos necesarios para atender a los dependientes y sus familias, …

Tampoco debemos olvidar que el partido no nos pertenece. Ni siquiera a los militantes afiliados. El partido es el instrumento que tiene a su disposición la ciudadanía para transformar la realidad hacia metas de mayor progreso y justicia social. Conviene no perder esto de vista, porque somos sus simples administradores, pasajeros y coyunturales, eslabones de una cadena cuyo origen es bastante más viejo que cualquiera de nosotros , y nos ha de sobrevivir.

En este ámbito, es importante plantear cambios en los propios estatutos, para garantizar, entre otras cosas, la elección por primarias, como en Francia, del Secretario General del partido. De esta forma, cada 3 ó 4 años el Secretario General sería refrendado directamente por las bases del partido, lo que le daría un plus de legitimidad y evitaría, a su vez, derivas no queridas ni deseadas por ningún afiliado o simpatizante.

                El nuevo proyecto socialista en Aragón para la próxima década debe dar ejemplo de que los valores y principios que defiende se respetan en su propio ámbito interno. Mérito y competencia, participación y comunicación fluida, transparencia y apertura,… son valores y formas de actuar que transmitimos y defendemos, por lo que también deben primar dentro de nuestra propia casa.

Los congresos

                Cuando un proyecto está en ejecución, es lógico y normal que los congresos que se celebran a lo largo de su ciclo vital sean congresos de unidad y consenso. El proyecto necesita de las máximas energías, concentradas y sin desperdigar, para poder ser desarrollado con éxito en el tiempo. Es así como debe ser, y también se entiende con facilidad.

                Sin embargo, cuando los proyectos llegan a su fin, los congresos posteriores  a ese momento deben ser cónclaves donde prime la democracia interna y la sana y libre competencia por la definición del nuevo proyecto socialista

El apoyo ciudadano no volverá hasta que construyamos un nuevo proyecto a partir de un nuevo liderazgo, arropado por un nuevo equipo dirigente.

                Lo anterior no debe llevarnos a pensar que alguien sobra en el nuevo proyecto, todo lo contrario. Todo el mundo tiene un papel que desempeñar, sólo se le pide compromiso y trabajo. Pero nadie puede estar dirigiendo los destinos de la organización de forma casi vitalicia, por encima de resultados electorales y de apoyos ciudadanos. De ahí que sea imprescindible, como en cualquier otra faceta de la vida, la renovación de los equipos dirigentes.

                Estos son los congresos del cambio, son los congresos de la definición del nuevo proyecto socialista para Aragón.