miércoles, 23 de noviembre de 2011

UN TIEMPO NUEVO

             Las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo, junto al resultado de las elecciones generales del 20 de noviembre, supusieron el broche final al proyecto de más éxito que el Partido Socialista ha construido para Aragón desde su fundación.

                El proyecto encabezado por Marcelino Iglesias logró el apoyo mayoritario de la ciudadanía durante más de una década. Años en los que la comunidad dio un salto hacia adelante sin parangón, colocándonos en el grupo de cabeza de la práctica totalidad de los indicadores de prosperidad, desarrollo y cohesión social del país.

                Este proyecto, que convierte a Marcelino Iglesias en un referente y activo histórico del máximo nivel para todo proyecto socialista futuro, tuvo su fin en mayo de 2.011, certificado por los resultados del 20-N en nuestra comunidad.

Pero es a nuestros votantes, y a los que quieren serlo, a los que les debemos todo. Y es a ellos a los que nos debemos en estas horas.

                Tenemos una responsabilidad para con el partido, con su militancia y con sus votantes, los manifiestos y los posibles. Tenemos una responsabilidad que ejercer en este momento de tribulación y aparente desamparo. Este es el papel que las circunstancias nos exigen asumir.

Un nuevo proyecto.

                El anterior proyecto socialista para Aragón se ejecutó desde el gobierno a lo largo de 12 años, los mejores de nuestra historia reciente, sin ninguna duda. Las elecciones de mayo nos dejaron 14 puntos porcentuales por debajo del anterior registro, el de 2.007. Las elecciones del 20-N han repetido la historia. Esto significa que, tras un largo periodo de gobierno, al que se pone fin con una bajada de 14 puntos en apoyo ciudadano, hay que certificar el agotamiento de ese proyecto y pasar a construir cuanto antes – pues en otro caso nuestro paso por la oposición será más largo – el nuevo proyecto para el futuro de Aragón.

                La reformulación del proyecto socialista para la próxima década debe sustentarse sobre nuestros propios valores, es una obviedad. Son los mejores, creemos en ellos, y estamos convencidos de que son los más apropiados y mejores para lograr una convivencia más justa y libre.

                La mejor forma de convencer a los demás de que la igualdad de oportunidades, la Justicia social, la educación y sanidad universal y gratuita para todo ser humano, la atención a los dependientes, el crecimiento equilibrado pero mucho más sólido de nuestra economía a través de la apuesta por el conocimiento y la economía productiva, … son los mejores valores para nuestra convivencia, pasa por predicar con el ejemplo.

                La gente debe ver, es obligado, que lo que decimos nos lo creemos  y lo hacemos.

Parece obvio que la reformulación del proyecto pasa por tejer acercamientos hacia otras fuerzas del espectro político de la comunidad. El Partido Socialista debe hacer uso con inteligencia, honestidad y honradez intelectual de su posición central en el sistema de partidos de la comunidad autónoma. Y eso pasa, en estos momentos, por tomar distancia del PAR, actual socio, y más que eso a tenor de los acontecimientos, del PP de Mariano Rajoy y Luisa Fernanda Rudi.

                El futuro proyecto socialista para Aragón debe dar continuidad a las líneas básicas del anterior en cuanto a su contenido: liderazgo de Aragón en la España interior; apuesta por la logística haciendo valer nuestra situación geoestratégica y nuestra renta de situación; especial atención a la educación como base a partir de la cual orientar el nuevo modelo de producción económica, más intensivo en conocimiento y menos en mano de obra sin cualificar; política industrial decidida con vocación exportadora y de alto valor añadido en forma de patentes y marcas fruto de una política empresarial con vocación de mejora e investigadora; un sector servicios orientado, entre otras cosas, al sector turístico que cree riqueza y oportunidades en el territorio; especial cuidado en el fortalecimiento de nuestra red de protección para los más desfavorecidos y los más débiles, dotando de los recursos necesarios para atender a los dependientes y sus familias, …

Tampoco debemos olvidar que el partido no nos pertenece. Ni siquiera a los militantes afiliados. El partido es el instrumento que tiene a su disposición la ciudadanía para transformar la realidad hacia metas de mayor progreso y justicia social. Conviene no perder esto de vista, porque somos sus simples administradores, pasajeros y coyunturales, eslabones de una cadena cuyo origen es bastante más viejo que cualquiera de nosotros , y nos ha de sobrevivir.

En este ámbito, es importante plantear cambios en los propios estatutos, para garantizar, entre otras cosas, la elección por primarias, como en Francia, del Secretario General del partido. De esta forma, cada 3 ó 4 años el Secretario General sería refrendado directamente por las bases del partido, lo que le daría un plus de legitimidad y evitaría, a su vez, derivas no queridas ni deseadas por ningún afiliado o simpatizante.

                El nuevo proyecto socialista en Aragón para la próxima década debe dar ejemplo de que los valores y principios que defiende se respetan en su propio ámbito interno. Mérito y competencia, participación y comunicación fluida, transparencia y apertura,… son valores y formas de actuar que transmitimos y defendemos, por lo que también deben primar dentro de nuestra propia casa.

Los congresos

                Cuando un proyecto está en ejecución, es lógico y normal que los congresos que se celebran a lo largo de su ciclo vital sean congresos de unidad y consenso. El proyecto necesita de las máximas energías, concentradas y sin desperdigar, para poder ser desarrollado con éxito en el tiempo. Es así como debe ser, y también se entiende con facilidad.

                Sin embargo, cuando los proyectos llegan a su fin, los congresos posteriores  a ese momento deben ser cónclaves donde prime la democracia interna y la sana y libre competencia por la definición del nuevo proyecto socialista

El apoyo ciudadano no volverá hasta que construyamos un nuevo proyecto a partir de un nuevo liderazgo, arropado por un nuevo equipo dirigente.

                Lo anterior no debe llevarnos a pensar que alguien sobra en el nuevo proyecto, todo lo contrario. Todo el mundo tiene un papel que desempeñar, sólo se le pide compromiso y trabajo. Pero nadie puede estar dirigiendo los destinos de la organización de forma casi vitalicia, por encima de resultados electorales y de apoyos ciudadanos. De ahí que sea imprescindible, como en cualquier otra faceta de la vida, la renovación de los equipos dirigentes.

                Estos son los congresos del cambio, son los congresos de la definición del nuevo proyecto socialista para Aragón.


viernes, 7 de octubre de 2011

Las singularidades de Aragón y la crisis de la deuda soberana.

Parece que, aun con sobresaltos - aún quedan unos cuantos por venir -, la Unión Europea - es decir, Alemania y la Canciller Merkel - están haciéndose con la situación y están, efectivamente, aportando soluciones para resolver el problema de la deuda soberana de los países del Euro. 


Con todas las dificultades que desde aquí hemos venido apuntando, entre las que no es la menor convencer a su propio partido y a su electorado, Merkel está cumpliendo su parte del trato y va a poner el dinero necesario para defender la moneda única y, en definitiva, nuestro modelo de civilización, el europeo. En este punto es importante hacer notar que, desde el inicio de la tormenta, el SPD ha apoyado a la Canciller en esta materia porque ha entendido que lo que estaba en juego no sólo era una cuestión de Estado para Alemania, sino para toda la Europa unida. Se trata de un claro ejemplo de posición responsable ante una cuestión fundamental para el futuro del continente, renunciando, y demostrando por ello una gran altura de miras, a la posibilidad de utilizar la cuestión como un asunto más de debate en la batalla política partidista. Es curioso que siempre parecen tener más sensibilidad por los asuntos de Estado, en cualquier lugar, los socialdemócratas que los conservadores, pero esto queda para otra ocasión.


Parece también que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho y está haciendo lo que debe, lo que está en su mano, para contribuir a solucionar una situación que tenía, y sigue teniendo, mucho de inevitable tragedia. El compromiso de reducción del déficit presupuestario se va cumpliendo - al margen de toda la lista de reformas ya enumeradas en anteriores ocasiones -, y la prima de riesgo en nuestros bonos de deuda pública está ya claramente por debajo de Italia. 


Fijémonos en que, hasta la puesta en marcha de las reformas, España era considerada como uno más de los países "incumplidores" del Sur - ya hemos visto, también en anteriores ocasiones, que injustamente -, abocado irremediablemente al rescate financiero, tal y como ha ocurrido con Grecia, Irlanda y Portugal. El siguiente era España.


Pero España ha venido haciendo los deberes desde entonces, otros parece que no tanto, y lo que se cernía sobre nuestro horizonte como un mal inevitable ya no lo parece tanto. Hemos cumplido con nuestros socios europeos, y ellos van a cumplir con nosotros. Se puede decir un poco más claro: las medidas y las reforma aplicadas desde el Gobierno van a impedir lo que hace un año parecía casi verdad segura, que el país fuera intervenido. 


Pero el control del déficit público no sólo depende de las medidas del Gobierno central, a esos efectos también resulta obligado imponer límites al déficit de las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos. De hecho, los dos asuntos sobre lo que todavía seguimos sufriendo una vigilancia especial por parte de nuestros acreedores son, precisamente, la evolución del déficit de las Comunidades Autónomas - donde eran mayoría las que prácticamente en el tercer trimestre ya habían alcanzado el tope de déficit fijado por el Ministerio de Economía para todo el año -, y los balances de los bancos, afectados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. 


De ahí que sea tan importante cerrar cuanto antes la reforma de las cajas, y de ahí, también, que sea igual de importante no mandar señales a nuestros acreedores que pongan en duda los objetivos de déficit a los que se ha comprometido con nuestros socios europeos el Gobierno de la nación.


El problema que aparece en la cuestión autonómica es complicado, dadas las dificultades que siempre se dan en la negociación del sistema de financiación de las comunidades autónomas. Todo el mundo quiere más recursos para poder hacer más en su territorio y, así, poder rentabilizarlo electoralmente. En los últimos años, y a la vista de los resultados que en esta materia ofrece el modelo de concierto vasco, venimos observando que los partidos nacionalistas están orientando su posición hacia un sistema que sólo puede subsistir, precisamente, si no se generaliza, si sigue circunscrito a Navarra y el País Vasco - los derechos históricos de los territorios vascos los dejamos para otra ocasión también -. Su generalización, en todo caso, llevaría a la quiebra de la hacienda estatal, esta vez sí.


En estos días, los distintos gobiernos autonómicos deben tomar las medidas oportunas para cumplir con el objetivo del déficit fijado por el Ministerio de Economía. Ya vemos la forma que tienen de reducir gastos las Comunidades gobernadas por el PP, tampoco conviene olvidarlo, pues nunca puede ser justo ajustar gastos suprimiendo derechos fundamentales de los que menos tienen - la educación de sus hijos, la Sanidad pública y gratuita, las ayudas a la dependencia,... -. En Aragón, el PAR presentó una iniciativa en las Cortes esta semana en que pedía que se tuvieran en cuenta las "singularidades" de Aragón a la hora de fijar el techo de déficit de nuestra Comunidad. Es una forma de solicitar un trato "diferente" al Ministerio, haciendo valer unos argumentos y circunstancias propias que, es cierto, están recogidos en nuestro Estatuto - dispersión de la población, territorio del interior, estructura demográfica,...-, como otras "singularidades" están recogidas en otros. 


No entramos a valorar en este momento la virtualidad o no de esas circunstancias especiales que pueblan la práctica totalidad de los estatutos de segunda generación, los reformados en los últimos años. Pero nos atreveríamos a decir que su eficacia jurídica es cuestionable y, en cualquier caso, menor a la pretendida por el PAR.


En todo caso, y para concluir, se trata de un paso más dentro de ese camino emprendido por el PAR de apuntar hacia el modelo de concierto económico o, al menos, en este caso, de hacer valer las singularidades propias de Aragón para conseguir un techo de déficit mayor al que nos fija el Ministerio de Economía. El problema es, nuevamente, que estamos pidiendo algo que no es generalizable, porque, si lo fuera, España incumpliría sus compromisos de reducción del déficit con nuestros socios europeos. Y, si eso ocurriera, nuestros acreedores volverían a atacar a nuestra deuda con más ímpetu, poniendo en riesgo lo logrado hasta ahora, y volviendo a aparecer en el horizonte las sombras de la intervención de nuestra economía.


Cierto es que la situación política particular de cada territorio siempre tiñe todo del color propio del lugar. Pero, como venimos reiterando, vivimos momentos fundamentales para nuestro futuro, y la situación no sólo requiere seguir haciendo política al uso, sino hacer también Política de altura, lo cual significa, en este momento, ser solidario con los objetivos de interés general del país, que pasan por cumplir nuestros compromisos con nuestros socios europeos y evitar, de esta forma, que España se vea abocada a la intervención de su economía. 


Nada sería peor para Aragón y los aragoneses que España fuera intervenida.









miércoles, 21 de septiembre de 2011

El mejor Gobierno para el AltoAragón.

A estas alturas parece complicado llamar la atención de los ciudadanos para tratar de explicarles el grado de cumplimiento del programa electoral del Partido Socialista en estos últimos cuatro años. Aunque ese, junto a las propuestas presentadas en el programa para el 20-N, debería ser el termómetro, la vara de medir, que nos permitiera evaluar el grado de cumplimiento de la palabra y compromisos de unos y otros.
Valorar ese grado de compromiso debería ser obligado para, entre otras cosas, poder predecir la verosimilitud de las propuestas para los próximos cuatro años que efectuamos en estos días. En anteriores textos hemos intentado explicar algunas de las causas y consecuencias de la complicada situación económica que atraviesa todo occidente. Como solía decir el Presidente Iglesias, Zapatero no era ni ha sido tan importante como para él sólo - siquiera acompañado del resto del Partido Socialista - hacer caer a las economías occidentales en la peor recesión que el mundo ha conocido desde 1.929. 
Habría, en consecuencia, que evaluar la gestión del gobierno en estos años según las decisiones políticas que ha tomado dentro de su ámbito de actuación, según las elecciones de inversión y las actuaciones decididas entre las diversas opciones que se plantean en cualquier acción de gobierno. Y la decisiones de inversión pública del Gobierno de la nación en estos últimos 8 años en el Altoraragón son una elección política cuyos importes, en lugar de acabar recalando aquí, lo podrían haber hecho en otro lugar.
Un nivel de inversiones en el Altoaragón como el experimentado en estos años es un hecho excepcional en la historia de nuestra Comunidad. Parece obvio que arrancar este tipo de decisiones en Madrid por parte de una provincia como la nuestra no es fruto ni resultado de haber utilizado las mismas reglas con las que negocian otros territorios más poblados y, por lo mismo, con mayor capacidad de presión en atención a los votos que representan. Parece razonable, en consecuencia, apuntar que el hecho diferencial es otro, y más cerca estaría de la capacidad de influencia que sobre el gobierno ha tenido un alto cargo del mismo durante estos años que de los motivos al uso en cualquier negociación política. 
El hecho diferencial es el trabajo del Secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán. 
Los ciudadanos que nos hemos visto beneficiados con la construcción de la autovía y con la riqueza y progreso que va a traer en estos años- compromiso casi personal de Morlán y que ha cumplido a pesar de las terribles dificultades de estos último años - veremos cómo, gracias a esta actuación, a lo largo de su eje van apareciendo en los próximos años polígonos industriales, superficies comerciales, nuevos asentamientos, puestos de trabajo,... 
Son tiempos difíciles para explicar esto, pero hay que hacerlo. Los ciudadanos están más en los 5 millones de parados, en casi la mitad de la gente joven desempleada y pensando, incluso, en emigrar en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades, ...; pero eso no puede ser óbice para reconocer que Víctor Morlán y el Partido Socialista han cumplido sus compromisos con la provincia de Huesca. Y detrás de eso hay mucho trabajo y esfuerzo del Secretario de Estado de Infraestructuras.
Ese trabajo hay que valorarlo y agradecérselo a quien se ha dedicado a servir a su tierra desde el puesto de responsabilidad que ha tenido en estos años. 

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Por qué hemos reformado la Constitución?

Desde que el Presidente Rodríguez Zapatero anunció la urgente reforma del artículo 135 de la Constitución de 1.978, muchas han sido las voces provenientes de nuestro entorno ideológico más cercano mostrando su legítimo desacuerdo y malestar. Opiniones que se han visto también acompañadas de la oposición a la reforma por parte de los partidos nacionalistas.
Los primeros sustentan su posición en que la inclusión en la Constitución de un techo de déficit supone la asunción de un principio ideológico conservador en un texto que no debe nunca inclinarse en el terreno de los principios hacia ninguna de las opciones políticas o filosóficas en liza. Al introducir este principio en el texto se quebraría su equilibrio ideológico, sustrayendo a futuros gobiernos el recurso a uno de los instrumentos fundamentales de la política económica de orientación keyenesiana como es el recurso a la deuda y a los estabilizadores automáticos en época de crisis.
Los segundos aluden más a las formas, al hecho de que, al venir ya pactada la reforma por los dos grandes partidos - suficientes para alcanzar la mayoría de 3/5 que fija la Carta Magna - y a la premura de la misma, se ha orillado el concurso de quien estuvo en el consenso constitucional desde el inicio - CiU -, creando un precedente que, reconozcámoslo, trae algo de intranquilidad y desasosiego.
Ambos pueden tener parte de razón. Pero en momentos como los que estamos viviendo se echa en falta un poquito más de grandeza y un menos de interés propio, porque ninguno de ellos puede desconocer la realidad a la que nos enfrentamos, ni la situación límite que afrontamos como país y como proyecto europeo.
Somos parte de un club de privilegiados, empecemos por aquí. Europa significa libertad, desarrollo, progreso, igualdad de oportunidades, derechos sociales, protección de los débiles, ... es la concreción más perfecta de Estado social de derecho desde el principio de los tiempos. Nadie puede oponer otro ejemplo mejor. Convinamos, pues, en decir que Europa, la Unión Europea, nos ha venido muy bien y la necesitamos. Sin ella habríamos vivido, y viviríamos, mucho peor.
Las decisiones en el seno de la UE se toman por consenso y mediante acuerdos. Y la decisión que ha traído como consecuencia que el Banco Central Europeo compre nuestros títulos de deuda en el mercado secundario haciendo con ello que nuestra prima de riesgo caiga, a la vez que aquella que va a permitir la emisión de deuda europea como tal - los famosos eurobonos -, abandonando la emisión por parte de cada país, también se ha tomado por acuerdo. No conviene, tampoco, perder de vista que el porcentaje que cubre Alemania del nuevo y ampliado fondo de rescate alcanza el 27 % del total.
Y Alemania, como el resto de países de la Unión, deben aprobar en sus respectivos parlamentos estas medidas. Todas esas asambleas legislativas son como las nuestras, interviene el juego de la política, el tacticismo, el momento y la circunstancia, general y de cada cual ... y ya se oye que va a haber problemas en algunos países a la hora de las votaciones en sus respectivos parlamentos - Alemania, Holanda, Finlandia,...-.
Las decisiones y acuerdos consensuados suponen que todo el mundo cede algo de su posición para acercarse a un espacio compartido y común. Alemania acepta salvar el Euro, acepta pagar casi un tercio de toda la factura de esta crisis de deuda, pero eso le va a poner en muchos aprietos con su propio electorado, que no quiere pagar por los "desmanes de los despilfarradores y manirrotos del sur" -. Necesita, pues, una salida.
La salida que el resto de países  -los que vamos a ser salvados por Alemania, no lo olvidemos - le da a la Canciller Merkel es, precisamente, la garantía de que algo así no va a volver a ocurrir: la constitucionalización del techo de déficit en los textos de cada país, como ya hicieron los propios alemanes hace un par de años.
Alemania acepta pagar la factura, pero a cambio quiere garantías y una salida con su propio electorado - la valoración de la Canciller en su país, como la de todos los gobernantes que se han enfrentado a esta recesión, está en unos porcentajes también muy bajos -.
Este es el acuerdo, y estas son sus condiciones.
¿Hubiera sido deseable que el proceso de reforma constitucional se hubiera hecho en todos los países a la vez?, sí, es cierto. ¿Hubiera sido mejor hablar con CiU desde el inicio y así incorporarla al consenso que de fondo comparte? - Convergencia milita en el mismo partido que la CDU, el partido de la Canciller, en el Parlamento Europeo -, también. ¿Es necesario reformar la Constitución para introducir en la legislación el techo del déficil?, parece que no - aunque bien es cierto que la Ley de Estabilidad Presupuestaria del 2.006 no ha impedido que alcanzáramos el 9% de déficit en estos últimos años de tremenda recesión -. Pero este es el momento excepcional que nos ha tocado vivir, y afrontar.
Hemos reformado la Constitución, en consecuencia, porque respetamos los acuerdos alcanzados en el seno de la UE, de la que formamos parte junto al resto de nuestros socios.
Hay otra salida, también es cierto: abandonar la UE, y así no respetar esos acuerdos "dictados por los mercados financieros y las potencias extranjeras". Pero las consecuencias serían las siguientes: incremento desorbitado de la prima de riesgo; intervención del FMI y ajuste drástico, sin margen, en el presupuesto en forma de recortes sociales; más familias y personas en dificultades y, por último, diez años de estancamiento económico, sin posibilidad de reducir los índices de desempleo entre tanto. En fin, algo parecido al infierno.
El Presidente Zapatero y el PSOE han hecho, una vez más, un ejercicio de responsabilidad que está a la altura de los tiempos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Zapatero y el PSOE no son responsables de los ataques contra nuestro país.

Hemos llegado a tal punto, y bajado tanto en el remolino en el que andamos metidos desde hace más de un año, que hemos perdido de vista la imprescindible visión panorámica necesaria para poder hacer un análisis lo más preciso posible de la situación, o, mejor, vorágine que, si no del todo irracional - hay un problema cierto de dificultades de crecimiento en lo que hasta hace poco llamábamos Occidente -, sí que su comportamiento ya indiscriminado hace casi inútiles los esfuerzos que nuestros países llevan a cabo en estos días, desde hace más de un año en nuestro caso, para tratar de convencer a los que compran o han comprado nuestros bonos de deuda pública de que vamos a devolverles el dinero que les debemos sin ningua dificultad a la fecha de su vencimiento.

El asunto es que nuestros acreedores no nos creen. No sólo a nosotros, ya casi irrelevantes a estos efectos, sino al resto de la UE. ¿Por qué no nos creen?, ¿porque nuestra deuda pública es insostenible y difícil de pagar?, ¿porque no hemos puesto en marchas las reformas estructurales acordadas con el resto de socios de la UE? No. El problema es otro.

Ayer se volvieron a conocer los datos de deuda de los países del Euro. La lista la encabeza Italia, con cerca del 120% de deuda sobre el PIB, Alemania y Francia cerca del 80%, con ésta última superando ligeramente esa cifra y aquella a punto de llegar a ella, España tiene un ... 67% a finales del ejercicio presupuestario en curso. Al parecer, nuestro Estado no ha sido tan "manirroto" y "despilfarrador" como alguno de nuestros socios, según terminología que se ha hecho común en esta crisis y en la visión que de la misma se tiene desde los países del norte del continente.

Hay, en consecuencia, un problema de deuda en España. Sí, pero el problema no es la deuda pública del Estado, la que ha gestionado el PSOE en estos últimos ocho años, pues ya vemos que es de las más bajas de la UE, sino la deuda privada, la que acumulan los bancos, empresas y familias. Es de esta deuda de la que ha venido desconfiando eso que llamamos "los mercados". Desconfían de que las cajas y bancos que más se han implicado en los créditos a promotores sean capaces de sanear sus balances y devolver el dinero que pidieron prestado a esos mercados para poder financiar el "boom" del ladrillo. Desconfían de una economía que, al no tener perspectivas de crecimiento sólido y sostenido en el corto y medio plazo, quizás no pueda acabar haciendo frente a sus deudas acumuladas en esta última década. Esos créditos a los promotores, a las familias, no los ha concedido el gobierno. Lo han hecho los bancos, que son quienes hacen negocio prestando dinero.

Desde mayo de 2.010 venimos poniendo en marchas las reformas estructurales capitales para desbloquear los cuellos de botella que nuestra economía ha mostrado en esta crisis: sistema de pensiones, mercado laboral, sistema financiero, ... unidas todas ellas a un importante ajuste fiscal que nos ha obligado a tomar medidas que, a la vez que imprescindibles, han resultado incomprendidas para una gran parte de nuestro electorado. Esto último da para otro texto, al que tendremos que volver en otro momento.

Pero procede dejar escrito ya que han sido medidas imprescindibles para garantizar la siguiente etapa de crecimiento, que, al contrario que ésta última, debe velar por mantener los equilibrios básicos de nuestra economía. Esta crisis confirma una regla que la izquierda no puede desconocer, y Felipe González lo vio claro ya en los 80. Sin una economía sólida que funcione no se puede sostener el andamiaje de los derechos sociales ni del Estado de Bienestar. O generamos los recursos que necesitamos para poder financiar nuestra red de protección social y de calidad de vida, o debemos pedirlos prestados fuera, a esos mercados que ahora tan poco nos gustan y que, lógicamente, nos pondrán condiciones para asegurarse que les vamos a devolver ese dinero. Esta vía, a la vista está, ya no es posible. Sólo queda poner a funcionar la economía, cambiar el modelo, con decisión y una firme voluntad política.

En consecuencia, no tenemos una deuda pública excesiva, y hemos realizado las reformas estructurales, con un alto coste político. Pero seguimos en el ojo del huracán, y sin instrumentos a nuestro alcance para salir de sitio tan incómodo y molesto. Porque esto ya no depende de nosotros, sino de la UE, y su mayor accionista, Alemania; y un poco también, en este preciso momento, de los EE.UU.

De Alemania depende que en la eurozona se tomen las decisiones de política económica que el momento requiere con la agilidad propia de situaciones límite, que es donde estamos. Decisiones de fondo, que vayan hacia una mayor integración en el seno de la UE, con políticas económicas no sólo coordinadas. Se precisa una única política económica, monetaria, sí, pero también fiscal, con capacidad para la toma inmediata de decisiones, hacia dentro y hacia fuera. Alguien con mando al que los mercados se crean. Y decisiones inmediatas hasta que esa gobernanza económica tome forma definitiva, permitiendo que el Banco Central puede operar en el mercado de deuda comprando bonos de los países objeto de ataques. No lo olvidemos: Bélgica ya está donde estaba España hace un mes, y Francia se aproxima. El objeto a abatir, si no lo remediamos, será la propia Unión.

Y de los EE.UU. depende que Occidente vuelva a crecer. Ha aparecido el temor a una nueva recesión, y sus consecuencias lastran aún más nuestra debilitada posición. Si la esperanza de la recuperación en España pasaba por las exportaciones, si aquellos países a los que exportamos entran de nuevo en recesión, la conclusión parece evidente, nos será más complicado colocar nuestros productos y servicios, y el ligerísimo crecimiento que experimentamos volverá a ser de signo negativo ...

En estos momentos es cuando hay que plantar fuerte, y hacer nuestro trabajo, aquel que está dentro de nuestro ámbito de decisiones. Saldremos adelante, seguro. Cuando lo hagamos, todo ese esfuerzo realizado, será trabajo que llevaremos adelantado.

No queda otra.

jueves, 14 de julio de 2011

Zapatero y Rubalcaba, artífices del final de ETA.

Ya tenemos candidato socialista para las próximas elecciones generales. Es el mejor. El final de ETA es obra de muchos, seguro, sobre todo de un país entero, pero es con Zapatero en la Presidencia y con Rubalcaba en Interior, cuando se ha conseguido, por fin, acabar con esa sangría.
Conviene no olvidarlo, hace unos años era el mayor problema que afrontaba el país, aunque ahora ya ni lo parezca. A la vista de los acontecimientos, y del resultado, el tiempo le ha dado la razón al Presidente, a su Ministro de Interior, y a la estrategia que ellos impulsaron.
Pues sí, parece ser que ha sido precisamente la estrategia negociadora del gobierno, y la ruptura injustificada de la tregua por parte de ETA con la bomba de Barajas, la que ha acabado deslegitimando a la banda terrorista en su propio entorno político, lo que ha provocado, a su vez, el fin de los atentados.
Tampoco es conveniente olvidar que la derecha más conservadora y radical, en lugar de constatar, al menos, ese hecho, sigue haciendo esfuerzos para ocultarlo. Habéis visto hoy a Rubalcaba afirmar que los terroristas a los que la caverna dice que se les dio ese pretendido chivatazo por parte del Gobierno para evitar su captura están a día de hoy DETENIDOS?? Cuál es, pues, el problema??
Pues uno que no parece difícil de resolver, aunque sí dificíl de creer: esta derecha sostenida y apoyada por las Intereconomías de turno, Pedro Jotas y cía, a la vista de los hechos, parece preferir la continuidad de ETA antes que su fin venga de la mano de los socialistas. Ver para creer.

martes, 7 de junio de 2011

Tras las elecciones...

El pasado 22 de mayo las elecciones municipales depararon un resultado inapelable y negativo para la candidatura del Partido Socialista que yo encabezaba.

Es muy probable que la intención que ya adelanté en la misma noche electoral, quizás por su falta de antecedentes en la ciudad, que no en Política – véase lo que hizo Joaquín Almunia la noche electoral del año 2.000, o lo que ayer hizo el Primer Ministro Sócrates en Portugal - haya sido la causante de un estado de opinión casi general que no responde a lo hechos. Lamento, en consecuencia, haber contribuido a ello.

Pero, la forma que siempre he tenido, y quiero seguir teniendo, de entender el ejercicio de la actividad política pasa por asumir la responsabilidad de ese mal resultado, en un mundo donde quizás lo más habitual sea dejar huérfanas a las derrotas. Yo no quiero hacer eso. Yo asumo la responsabilidad política de esa derrota electoral, como cabeza de lista de la candidatura.

Los ciudadanos han hablado claro, la pérdida de votos del Partido Socialista ha sido muy abultada – 800 votos, un 10% en porcentaje de voto -, y eso obliga a tomar medidas, precisamente, por el bien del Partido Socialista, y por el bien de todos aquellos que han confiando en nosotros en estas últimas elecciones y lo quieren seguir haciendo en el futuro.

Lo mejor para el partido, y lo mejor para sus votantes, es que el proyecto y la candidatura se renueve cuanto antes, para que los que continúen con el testigo de encabezarla en el futuro tengan tiempo por delante para trabajar y llegar a la próxima cita electoral en condiciones de ganarla.

Y eso pasa por mi salida y por ceder paso a otros. Es lo que toca ante una derrota como esta.

Hay otros ejemplos en el pasado donde las cosas se han hecho de otra manera, y, en todos esos casos, el partido que no aprovechó la derrota para renovar su proyecto pasó 8 años en la oposición. Yo pretendo que el Partido Socialista sólo pase 4 años en ese lugar. Es, pues, lo mejor para el partido, y es lo mejor para todos nuestros votantes.

Un partido político pertenece a sus votantes más que a sus militantes. Somos el instrumento de la ciudadanía progresista para transformar la realidad de acuerdo al interés general de la mayoría. No somos un fin en si mismo. Conviene no olvidar eso nunca. Y lo mejor para esos votantes, sin ninguna duda, y lo mejor, por ende, para los militantes, es que el gobierno vuelva a ser socialista, progresista, cuanto antes. Mejor en 4 años que en 8.

La consecuencia inmediata de la asunción de esa responsabilidad pasa por ceder el testigo a otros, por anunciar formalmente que no volveré a encabezar la candidatura a las próximas elecciones municipales, que no seré Portavoz del Grupo Municipal, y que renunciaré al acta de concejal en cuanto se produzca el traspaso ordenado de poderes tanto hacia el nuevo gobierno municipal, proceso en el que estamos, como hacia dentro en el grupo municipal.

Terminada esa tarea, que no tiene por qué llevar más allá del verano, cederé mi puesto en la Corporación municipal, dando por concluida mi etapa en la política local. Obviamente, colaboraré en todo lo que se me pida, tanto desde el partido como por parte de cualquier ciudadano, pero en un segundo plano, alejándome de la política activa en el ámbito municipal.

Siempre estaré a disposición de mi partido. Es mi partido el que me ha permitido encabezar tres veces la candidatura municipal, lo que a su vez ha hecho que pudiera tener el honor de ser Alcalde de mi ciudad durante 8 años. Y por eso le estaré eternamente agradecido.

A todos aquellos que se han acercado estas semanas, estos meses, todos estos años, a ensobrar, a hacer la cola, la merienda-cena de lo que debía ser una nueva victoria pero que se volvió derrota, a pegar carteles, a abrir la sede, a trabajar, en fin, desinteresadamente por los demás, a todos esos compañeros que han dedicado su tiempo y trabajo a la campaña, al partido, a poner su grano de arena para alcanzar una victoria que al final no llegó.

A todos aquellos que en estos años confiaron en mi para que los representara, para que encabezara la candidatura, que me han mostrado su apoyo y afecto hasta el último día.

A todos ellos, les digo que les debo todo y que no me olvido. Nunca podré devolverles lo que me han dado en todos estos años. Nunca lo olvidaré.

El Partido Socialista es mucho más grande que todos nosotros, nos precedió, y nos sobrevivirá. Volveremos a vivir noches de victoria, y noches de derrota, sin duda también. Estas son las reglas de la democracia, y siempre, siempre, hay que aceptar su veredicto y extraer las consecuencias obligadas de ello.

Es lo que he tratado de explicar.

Quiero agradecer a todos los ciudadanos de Monzón, a todos, a los que nos han votado y a los que no durante este tiempo, el inmenso honor de permitirme ser su Alcalde durante 8 años de mi vida y de la suya. No puedo tener ningún sentimiento de pesar ante la derrota, para mi es bastante, más que suficiente, que me hayan dejado ser su Alcalde durante todo ese tiempo. No puedo más que estarles profundamente agradecido. Espero haber correspondido a ese honor con mi trabajo y esfuerzo, es lo que he intentado hacer.

El tiempo dirá.